Más de 4.000 juguetes y una cantidad descomunal de dulces llenaron las manos (y los corazones) de los más pequeños en ocho municipios afectados. Todo esto llegó gracias a un convoy compuesto por 24 coches, 21 furgonetas y muchos “emisarios de los Reyes Magos” listos para repartir felicidad en Sedaví, Benetusser, Paiporta, Picaña, Massanassa, Alfafar, Catarroja y Albal. Desde el día 4 de diciembre los emisarios de sus majestades prestaron especial atención a estas localidades. Joanen Cunyat, portavoz de la Cantina admite que no solo se hace por los niños, también es importante traer ilusión extra y delvolveres la sonrisa a los adultos, y así lo han expresado también los Reyes de Oriente. Además como es tradición en Valencia todo estuvo acompañado de una gran chocolatada con bizcochos que seguramente dejaría esa sonrisa bien dulce a más de uno.

  

Desde la mañana, las calles de los pueblos se llenaron de emoción. No era solo la entrega de juguetes, era un espectáculo en toda regla: música, disfraces, y esa chispa que hace que la Navidad sea inolvidable. Hubo batucadas, talleres de malabares, dos magos, coros y un concierto de rock… todo acompañado por  innumerables pajes y en general mucha emoción, no solo por la Navidad, sino por la solidaridad y la implicación de todos, grandes y pequeños, para realzar la magia de estas fechas gracias a la magia de todas las personas. Solidaridad que se ha visto reflejada en las donaciones: más de 10.000 euros recaudados en el Programa Especial de Gomaespuma por Valencia, que se hizo en colaboración con 99.9 Valencia Radio, han sido destinados a financiar esta cabalgata y gestionados con la colaboración de la Fundación Juntos por la Vida.

Los medios de comunicación han seguido la estrella hasta Valencia junto a nosotros: radio, televisión y prensa a nivel nacional y autonómico también han hecho eco de la noticia consiguiendo donaciones de juguetes y algún que otro voluntario o paje real extraviado. Algunos como RNE o la Vanguardia .

La Fundación Gomaespuma ya está pensando en cómo seguir ayudando a las zonas afectadas, porque esto no se acaba aquí. Pero por ahora, el balance es más que positivo: cientos de sonrisas, miles de dulces entregados y un recordatorio de que, a veces, la magia no viene de los Reyes Magos, sino de la gente que se arremanga para hacer algo por los demás. 

Y así, entre juguetes, dulces y aplausos, la cabalgata solidaria terminó dejando una lección que muchos no olvidarán: en los momentos difíciles, la solidaridad es el mejor regalo.