Presta refugio a 200 personas. Nos encargamos de que en ambos lugares no les falten alimentos. Enviamos dinero a Serhii Mospan, pequeño empresario con varias tiendas de telefonía antes de empezar la guerra, casado y con un hijo de 6 años, que, en espera de ser reclutado para el ejército (de momento solo están luchando los profesionales) lo ha dejado todo para ayudar a su gente. Serhii visita en la mañana a sus vecinos necesitados. Toma nota de su lista de la compra, busca productos en las farmacias y comercios locales que aún siguen abiertos y hace el reparto por la tarde. Por la noche: nos manda las cuentas.